Casa en Bixquert
Xàtiva (VALENCIA) | 2005
Carmel Gradolí y Arturo Sanz. ARQUITECTOS
Situación: carretera Nacional 340, Bixquert, Xàtiva (Valencia)
Proyecto: 2005 / Obra 2006-2007
Arquitecto colaborador: David Estal
Constructora: Construcciones Gallego
Aparejador: Francisco Gómez
Fotografia: Mariela Apollonio y Arturo Ferrer
La casa con un programa mínimo para una o dos personas se proyecta en una parcela con una plantación de olivos, los cuales se integran en la propuesta formando una retícula base sobre la que construir.
Ésta es una vivienda singular aunque con la intención de que resulte cotidiana y sencilla, cuya forma parte de una geometría básica, el cuadrado (15x15m), con un patio central en torno al cual se configuran las estancias de la casa, y con la posibilidad de abrirse hacia la vaguada, potenciando su relación con el entorno y el paisaje.
Dicho patio, a veces cubierto, a veces descubierto, e incluso también en una esquina semi-cerrado con una celosía cerámica; genera una centralidad asimétrica en la casa y la posibilidad de distintas perspectivas cruzadas entre estancias, dividiendo a su vez el programa en dos alas, la de día y la de noche, cuya rótula es el salón, el cual se abre completamente al espacio abierto.
Durante la fase de proyecto, la propuesta se va encerrando más en si misma, bien sea por aspecto climático, bien por estética y también por seguridad, hasta darle un aspecto final que recuerda a la arquitectura árabe de las kasbah.
En cuanto al sistema constructivo, éste se basa en los derivados cerámicos ofreciéndonos una adecuada solución bioclimática para las temperaturas altas de la zona. Así pues, se opta por la termoarcilla como cerramiento estructural, con ladrillo hueco como trasdosado interior, y celosías que cierran los huecos con ladrillo perforado. Siendo esta celosía, doble y estructural en una de las esquinas.
En definitiva, se ha proyectado una casa pensada para el usuario y su relación con el entorno, bajo una sencillez constructiva y formal que permite indagar en distintas lecturas interior-exterior, con la intención de brillar pero sin ser espectacular, bajo el signo de lo imperecedero, como los olivos que la abrazan.